Mantener una hidratación óptima en verano es especialmente importante porque aumentan los riesgos de deshidratación con las altas temperaturas, aunque se trata de un problema que puede aparecer en cualquier época del año. En este artículo analizaremos los síntomas de la deshidratación y mostraremos 4 consejos básicos para cuidar de la salud de toda la familia.
Para conocer las necesidades de cada persona, es imprescindible tener en cuenta la edad, el sexo y el entorno. En general, se recomienda ingerir 1 litro de líquido por cada 1.000 kcal gastadas, pero si prefieres una recomendación más ajustada a ti y a tu ritmo de vida, puedes realizar el test del Observatorio de Hidratación y Salud.
Además de ingerir agua directamente, también hay otras opciones, como café, infusión o crema fría. Asimismo, también pueden ayudar a hidratar una gran variedad de fuentes alimenticias de agua, como las hortalizas, las frutas, la leche, el pescado, la pasta y el arroz.
Hay que tener en cuenta que hay ciertas personas que son más proclives a deshidratarse por el funcionamiento de su organismo como niños, mujeres embarazadas o ancianos.
Síntomas de una mala hidratación
Para prevenir la deshidratación es conveniente identificar antes sus síntomas:
- Sed intensa
- Dolor de cabeza
- Sudoración excesiva
- Debilidad
- Cansancio
- Ritmo cardíaco acelerado
- Sequedad de boca y lengua
Consejos para una hidratación correcta
- Beber sin sed: Hay que beber de forma constante sin esperar a sentir sed, ya que cuando ésta aparece significa que el organismo ha perdido líquido, lo que provocará los síntomas mencionados.
- Encontrar el equilibro hídrico: En verano, la cantidad de líquido que ingerimos debe ser mucho mayor si comparamos con otras épocas del año ya que se pierde más líquido a causa del calor, la humedad o el aire acondicionado mediante el sudor, la respiración o la orina. El balance hídrico es el equilibrio entre la ingesta de líquido y su pérdida.
- Limitar la exposición al sol en las horas puntas: Evitar tomar el sol entre las 12h de la mañana y las 16h de la tarde, además de aplicar el protector solar de de modo más frecuente.
- Evitar las bebidas alcohólicas: El alcohol provoca un efecto diurético, lo que genera una mayor expulsión de líquido, además de un aumento de la temperatura corporal, lo que provocará una pérdida de hidratación.